El Día de Muertos de México es una celebración única en el mundo. Se trata de una festividad que mezcla su antepasado azteca con tradiciones cristianas de la influencia colonial española y que hoy se ha convertido en un ritual cargado de color y simbolismo que traspasa fronteras y llega incluso a la moda y otras fiestas populares. “La Catrina Mexicana“ es uno de los íconos más representativos por excelencia de esta celebración.
El origen de este personaje se da por el descontento del pueblo mexicano con respecto a las clases más privilegiadas. Ésta, como símbolo popular de la muerte, fue bautizada como tal por el muralista Diego Rivera (1886-1957), y aunque en sus obras encontramos representaciones de esta dama blanca, elegante y delgada, no fue el primero en incluirla en su obra, pues José Guadalupe Posada (1852-1913) fue el precursor de dicha representación. “La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”, decía el caricaturista, haciendo una completa referencia a su más famoso personaje.
La historia de la Catrina en México empieza durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Día
Originalmente se llamaba “La Calavera Garbancera”, esta palabra provenía de los vendedores de garbanzo, que siendo pobres aparentaban ser ricos y querían ocultar sus raíces indígenas. Este grupo de comerciantes pretendía tener el estilo de vida de los europeos. Esta crítica social la supo plasmar magistralmente este caricaturista y le dio fama a nivel mundial.